La editorial Uve Books nos ofrece no solo una maravillosa historia de superación gracias a la cooperación, el apoyo mutuo y la solidaridad sino también un ejemplo de cómo la diferencia puede ser transformada en referente de cambio para cualquier comunidad o sociedad y también un canto a la esperanza en unos tiempos en que la velocidad no nos permite detenernos en algo tan importante como aquello que nos ofrece la diferencia: el valor de unir y crecer de un modo conjunto. Su autora, Marta Pastur, así nos lo demuestra, a través de esta bella historia. Nacida en un Día del Libro en Oviedo, Asturias, adquiere su formación en la facultad de Pedagogía y Educación en la Universidad de Oviedo y completa su formación con un máster en Neuropsicología en el ámbito de la educación en la Universidad de Alcalá de Henares. Algo que demuestra no solo en su escritura y la creación de sus personajes sino también en la construcción de esta historia que esconde un profundo conocimiento del ámbito educativo y la neuropsicología, rescatando aquí el valor de la narración oral y su poder transformador como agente de cambio, de enseñanza ancestral. El poder de contar historias y con ellas cambiar el mundo. He aquí la esperanza en forma de valiente rinoceronte.
La escritura se convierte para Marta Pastur muy pronto en una absoluta pasión gracias a su abuelo, que alimenta su curiosidad e inquietud literaria y se convierte en faro que cobija y empuja este amor por la escritura de su nieta. Obtiene varios galardones en concursos de literatura juvenil de ámbito local y nacional.
Marta Pastur sigue avanzando en su pasión por la enseñanza y la escritura hasta dirigir Pollitos, una academia de español en Copenhague, donde logra desempeñar su pasión: la educación, la infancia y también la escritura y la lectura (contar historias se convierte en herramienta profesional y personal). Como no podía ser de otra forma, Marta Pastur, utiliza la literatura como medio de estimulación creativa, fomento del pensamiento crítico y encuentro con la lengua materna.
La mayor parte de los relatos que escribe están inspirados por niños y niñas, sin ir más lejos, la musa del libro que nos ocupa — Victoria sin cuerno— está inspirado en su hermana pequeña, una persona valiente que enfrenta las dificultades sin esconderse.
Sin lugar a dudas, Marta Pastur, ha logrado que tanto el público infantil como adulto reflexione de forma profunda y activa sobre la importancia de la diversidad y la inclusión a través de su relato: Victoria sin cuerno.
En esta historia descubrimos a nuestra protagonista, Victoria, un alma valiente que gracias a la confianza, la valentía y el apoyo fundamental de otros animales, que en ningún caso juzgan su apariencia ni mucho menos diferencia (al tratarse de un rinoceronte que no posee ningún cuerno como el resto de su especie), logra superar todo obstáculo y barrera hasta conseguir sus objetivos. El relato anima al público infantil a reflexionar sobre la diversidad, desarrollar su capacidad crítica y comprobar, a través de esta historia, que todos y todas podemos aportar con nuestros valores y diferencias herramientas valiosas a la comunidad a la que pertenecemos para poder crecer en conjunto y llegar a conseguir nuestros logros a través de la transformación de la diferencia no en algo que nos separa sino en todo lo contrario: aquello que nos enriquece y por tanto nos une. Formar por tanto, una sociedad más inclusiva y respetuosa.
El respeto es aquí la clave fundamental, el valor y la cooperación, los estereotipos se quiebran y desaparecen para crear una comunidad en la que la igualdad se teje de un modo natural y sencillo. La empatía, el situarnos en el lugar del otro, la amistad y el apoyo mutuo nos muestran, a través de esta historia, no solo una lección de aprendizaje vital para los más pequeños sino también para los adultos, quienes quizá encontremos en este relato y este libro un manual de vida más que necesario y fundamental para colocar ya en nuestra estantería como libro de cabecera imprescindible. Loable labor la que Marta Pastur ha realizado al escribir esta historia, labor nuestra ahora, llevar a cabo las acciones necesarias para construir una sociedad más justa, más igualitaria y valorar realmente el absoluto poder transformador que esconde toda diferencia.
Para poder acercarnos más a esta utopía más alcance de nuestras manos de lo que realmente creemos, hemos charlado con la autora para conocer mejor su trabajo y cómo surge la creación de esta historia.
1— Comencemos por tu trayectoria profesional estrechamente vinculada al ámbito educativo y pedagógico, aunque tus estudios se amplían hacia un conocimiento más profundo como es la neuropsicología: ¿Qué crees que aporta esta última disciplina al ámbito educativo y qué recursos y herramientas puede ofrecer en la enseñanza y formación tanto a profesionales como alumnado, cuál es tu experiencia personal en este ámbito?
Tener conocimientos en neuropsicología me ha ayudado enormemente a entender y relacionarme con los niños y las niñas. Aprendí algo fundamental: el funcionamiento del cerebro infantil. Estos conocimientos son útiles para comprender, empatizar y validar sus emociones. Aplicando estos conocimientos en el campo de la educación, he comprendido que existen diferentes maneras de aprender, diversas necesidades y ventanas de aprendizaje.
Esto me ha permitido ser más flexible, imaginativa y creativa al buscar formas en que los niños aprendan disfrutando, jugando y relacionando los conocimientos con experiencias positivas. Cuando el aprendizaje es placentero, se consolida de manera más efectiva.
2— Diriges una de la escuelas más importantes de español en Copenhague, “Pollitos”, la imaginación, lectura y escritura son armas fundamentales en la enseñanza tal y como comentábamos anteriormente y muy especialmente la educación en valores, algo que rescatas y describes con gran maestría en tu libro, en donde tratas la puesta en valor de la diferencia como algo que lejos de restar, suma, junto al apoyo mutuo o la empatía: ¿Es quizá esta apuesta por el crecimiento conjunto en igualdad y suma una de las claves tanto de tu trabajo profesional en tu escuela como en tu escritura y este último trabajo?
Creo que formamos parte de una sociedad conectada en la que el apoyo mutuo, la igualdad y el respeto son fundamentales. Esto es clave en mi trabajo profesional. Uno de los objetivos principales de Pollitos es crear comunidad, tanto entre los niños como entre las familias. Ser parte de una red donde se puede encontrar apoyo, consejos y ayuda, compartiendo la misma lengua en un país extranjero, es esencial. Fomentamos esto en las clases, creando un espacio seguro para que los niños y niñas se expresen sin miedo, opinen, jueguen y sean ellos mismos sin temor a ser juzgados.
Esto también se refleja en mi forma de escribir, ya que no concibo un mundo individualista. Prefiero crear situaciones e historias donde los personajes estén conectados con su comunidad. Al abrir este tipo de conversaciones con los niños y niñas y darles la oportunidad de identificarse con estos personajes, fomentamos que, en el futuro, puedan reproducir estos valores.
7— Tu libro nos ofrece una maravillosa mirada hacia el poder de la diferencia, la valentía que encierra, transformando lo que quizá la sociedad o la norma rechaza como algo que realmente nos enriquece. La diversidad, por tanto, se ofrece aquí como un valor importante, fundamental, para lograr unos objetivos comunes, invitando a realizar tanto para el público infantil como adulto una lectura más crítica: “¿Es necesario rescatar el pensamiento crítico quizá un tanto olvidado y fomentar su desarrollo en los más jóvenes para poder ofrecer una mirada inclusiva más solidaria y real sobre aquello que nos rodea pero que quizá la norma rechaza por desconocido o inusual?
Sin duda, rescatar y fomentar el pensamiento crítico en los niños es esencial para ofrecer una mirada inclusiva, solidaria y real sobre la diversidad. En un mundo donde lo desconocido o inusual a menudo se rechaza, es crucial enseñar a los niños a valorar las diferencias y a comprender que estas nos enriquecen. Mi cuento pretende precisamente eso: mostrar que la diversidad es un valor fundamental que nos ayuda a alcanzar objetivos comunes y a crear una sociedad más justa y empática. Al leer y reflexionar sobre estas historias, tanto niños como adultos pueden desarrollar una actitud más crítica y abierta hacia lo que nos rodea. La educación y la literatura deben ir de la mano para fomentar valores, empatía y pensamiento crítico desde la infancia, asegurando así que las nuevas generaciones aprecien y celebren la diversidad.
8— Como bien se indica en la contraportada de tu libro, es necesario “valorar las diferencias y aprender que la verdadera victoria reside en la unidad y el respeto mutuo”: ¿Cómo nace o surge la protagonista de este libro, Victoria, cuya especie (los rinocerontes) se definen exactamente por algo de lo que ella carece: su cuerno? ¿Qué valores representa?
En una ocasión le conté a un amigo que iba a publicar un cuento, y al comentarle que iba sobre un rinoceronte sin cuerno, me dijo: osea, que es el típico personaje con el que los otros animales se meten, desdichado y excluido. El mensaje no puede ser más antagónico, pues los valores que representa es que se puede ser diferente, feliz e imprescindible para la sociedad.
9— La protagonista de tu historia cuenta con el apoyo de otros personajes con cuya ayuda logra alcanzar sus objetivos: ¿Crees que en la actualidad es más necesario que nunca rescatar la necesidad del apoyo mutuo, de la construcción colectiva, ante una sociedad de crispación donde quizá llama más la atención aquello que nos separa más allá de todo lo que nos une?
En la actualidad, esta necesidad es más urgente que nunca. Vivimos en una sociedad donde la crispación y las divisiones parecen destacar, pero es crucial recordar y fomentar lo que nos une. El apoyo mutuo, la solidaridad y la cooperación son valores esenciales para enfrentar desafíos comunes y construir un futuro más inclusivo y empático. La literatura, especialmente en la infancia, juega un papel vital en transmitir estos valores y enseñar a los niños la importancia de la comunidad y la colaboración.
10— Tras este maravilloso libro: ¿Existen otros proyectos futuros en los que estás trabajando o tal vez sueños por cumplir, tanto en narrativa como en otros registros, para público infantil, juvenil o adulto?
Estoy trabajando en una compilación de relatos cortos que exploran y reflexionan sobre el universo de la infancia. Estas historias sirven como ventana para apreciar la inocencia de los niños, así como su capacidad para sorprenderse y razonar sobre su mundo. Estos relatos también abordan situaciones que merecen ser denunciadas. En ellos, se plantean cuestiones relevantes que afectan a los más pequeños, desde injusticias hasta adversidades, poniendo de relieve la importancia de proteger y cuidar el bienestar de la infancia en nuestra sociedad.
La charla con Marta Pastur, nos ha dejado absolutamente impacientes ante sus nuevos proyectos, con sed de lecturas que nos ofrecen no solo palabras sino lecciones de vida más necesarias que nunca, puesto que con libros, historias y autoras como Marta, realmente, otro mundo sí es posible; para educar a un niño o niña no solo es necesaria una tribu entera, sino también personas cuyo compromiso se demuestra en escritura, profesión, vocación y alma como es el caso de Marta y también de Victoria, ejemplo y referente.
3— ¿Crees necesario rescatar el poder de la imaginación y el fomento del pensamiento crítico ya en la educación infantil para poder alcanzar una sociedad más saludable, comprensiva y difícil de manipular en estos tiempos en que tal vez una mirada más humanista hacia la educación o cultura han sido arrastrados por las nuevas tecnologías? ¿Volver a la lectura puede ser una herramienta de cambio?
Existe un pensamiento extendido de que los niños pequeños no se enteran de nada y que hay que esperar a que sean mayores para explicarles las cosas. Sin embargo, los primeros años de vida son los de mayor plasticidad cerebral, es decir, los más propensos para el aprendizaje y en los que se forman las estructuras neuronales que nos acompañarán a lo largo de la vida. Los adultos tenemos la responsabilidad de cuidar este desarrollo, facilitando situaciones enriquecedoras de juego, diversión y aprendizaje. Hay que pasar tiempo con los niños jugando y siendo un buen modelo a seguir. Los niños aprenden por imitación. Un buen gesto con un extraño, una palabra cariñosa o leer en lugar de estar con el móvil son ejemplos muy potentes. Está demostrado que la exposición a las pantallas, especialmente en edades tempranas, reduce la capacidad de atención y la imaginación. La lectura de cuentos en voz alta para los más pequeños ha sido y será una herramienta de cambio. Mediante la lectura se transmiten valores, se ordena el pensamiento y se fomenta el pensamiento crítico.
4— Tu pasión por la escritura comienza muy pronto, de la mano de tu abuelo y por tanto de la narración oral: ¿Cómo recuerdas ese primer descubrimiento de la escritura y lectura a través de ese encuentro y formación a través del legado familiar? ¿Y una vez que se aviva en la niña la llama de la escritura cómo surge en ti el deseo de escribir, de narrar o contar tus propias historias?
Si pienso en mi descubrimiento de la escritura, la primera imagen que me viene a la mente es la de mi abuelo, sentado en el sofá junto a la ventana, concentrado, con sus gafas a punto de deslizarse por la nariz y leyendo uno de mis relatos. Él me ayudaba a editar, alentándome a trabajar las palabras, reflexionar, recurrir al diccionario, revisar y, sobre todo, a adquirir el hábito de escribir constantemente para que no se me «oxidara el don». Siempre respetando mi voz, mis ideas y, al final, acompañándome en el camino de encontrar mi estilo de escritura.
Ya de adulta, con estos recuerdos y formando parte de un grupo de escritura creativa en Copenhague, el deseo de escribir sobre mi hermana pequeña, Victoria, fue tan potente que me impulsó a narrar con el objetivo de publicar y contar su historia. Creo que el motor de contar mis propias historias, ahora centradas en la infancia, es el deseo de transmitir algo diferente, de que los niños no se queden indiferentes, de aportar, de crear conversaciones o aprendizajes que puedan producir un cambio.
5— Según tu propia experiencia, imagino que para ti es más fácil reconocer la importancia de la lectura y escritura en el desarrollo del lenguaje de cualquier ser humano y también en su formación educativa en todos los ámbitos como recurso fundamental del desarrollo humano; algo que probablemente en tu caso te ha acompañado desde niña tanto a nivel personal y profesional: ¿Qué papel ocupa por tanto en tu vida tanto personal como profesional la escritura y lectura?
La lectura siempre me ha acompañado. Recuerdo mi casa llena de libros, seguí la pasión de mi madre y mi hermana mayor como lectoras. En la ESO, era la niña que leía las lecturas obligatorias y luego les contaba a los demás de qué iba el libro para que aprobaran el examen. Ya de adulta, disfruté mucho leyendo durante la carrera, y hoy la lectura es una fuente de aprendizaje y desconexión en mi rutina.
En cuanto a la escritura, siempre he plasmado situaciones que me sorprenden, reflexiones sobre los niños, mi vida como inmigrante y las historias que me cuentan mis amigas. Me gusta escribir un diario, sin la pretensión de publicar, dándome la libertad de expresarme y recoger esas vivencias. Esto me ayuda a recordar y a mantener activo el hábito de escribir.
6— Tras ganar varios concursos y certámenes: ¿Cómo surge el libro que has publicado recientemente con la editorial Uve Books, “Victoria sin Cuerno”? ¿Y por qué decides adentrarte en el mundo de la literatura infantil, quizá el más hermoso pero también el más complejo puesto que los ávidos lectores y lectoras son un público muy agradecido pero sincero en sus gustos, su atención tan solo se deriva hacia aquello que realmente logra cautivarlos?
“Victoria sin Cuerno” surge gracias a mi hermana pequeña, Victoria. Nació una mañana decembrina en la que mis hermanas y yo esperábamos intranquilas por las complicaciones pronosticadas en el parto. El conocido tono del teléfono nos sobresaltó, y mi hermana Ester fue la encargada de escuchar las noticias: Están las dos bien. Victoria tiene Síndrome de Down. Automáticamente se puso a llorar. Recuerdo consolarla, pues estar familiarizada con el mundo de la discapacidad por mis estudios y haber desechado la idea de no volver a ver a mi madre o de no conocer a la última de mis hermanas me ayudó a apaciguar mis temores.
Las reacciones en la familia fueron diferentes, como la de mi abuela insinuándole a mi madre una posible aventura con un asiático, la de mi padre que años más tarde nos confesó que el pánico a la incertidumbre del futuro le ocasionó un sentimiento similar al de Ester, o la reconciliación de algún miembro de la familia que se encaminó al hospital después de años de silencio.
Y con tal estreno en el mundo Victoria no ha parado de ser una mina de lecciones. Una de las frases que grabé como norte en el proceso de escritura es: Victoria no se esconde. En un trayecto en coche con mi hermana Teresa me confesó que Victoria le inspiraba porque la inmensa mayoría de las personas tratamos de encubrir nuestros defectos, lo que se nos da mal, lo que desconocemos. Victoria es auténtica, se presenta tal y como es, no disfraza sus dificultades y con humor y personalidad se embolsa a las personas que a ella le interesa.
Otro de los aspectos que quería reflejar, alejándome plenamente del paternalismo e infantilización sobre las personas con discapacidad, es que Victoria atesora una fuerza de voluntad de hierro que le permite aprender y avanzar. Me acuerdo de sus infatigables intentos para aprender a caminar acompañada por su hipotonía. Se levantaba, daba un pasito, caía, y se volvía a levantar insistiendo infinitas veces. Ahora sigue practicando con la misma ilusión para, por ejemplo, aprender a leer y escribir.
Por eso el personaje del cuento busca formas de valerse por sí misma esforzándose, buscando nuevas rutas y concienciando de la existencia y validez de multitud de maneras de ser.
Decantarme por el género infantil me resultó natural, al estar en constante contacto con cuentos por mi trabajo. Observé que los libros en los que hay un personaje diferente suele estar acompañado de emociones tristes, o en algún momento se aleja de su comunidad. Por este motivo, quise aportar una mirada alegre, tierna y potente sobre las diferencias. Los peques de Pollitos también me ayudaron mucho en el proceso de escritura. Les conté el cuento mientras lo escribía, observando en qué partes perdían la atención o se aburrían y en cuáles estaban con los ojos muy abiertos, sin perder detalle. Esto me permitió ajustar la historia para poder transmitir el mensaje y que disfrutaran de la lectura.