Voy a dormir. Alfonsina Storni

by Uve Magazine

En la literatura latinoamericana, Alfonsina Storni ocupa un lugar prominente e indiscutible, junto a Juana de Ibarbourou, Delmira Agustini y Gabriela Mistral.

Nacida en Lugaggia, Suiza, en 1892, hija de padres argentinos, Alfonsina Storni sufrió estrecheces económicas durante su juventud, debido a la pérdida de los prósperos negocios de su padre y su adicción al alcohol. A los pocos años al borde de la ruina, la familia se vio obligada a regresar a Argentina; en un principio se instalaron en San Juan, y poco a poco Alfonsina, viendo sufrir a su madre por culpa de aquel padre problemático e incomprensible, se forjó una imagen amarga de las relaciones entre hombre y mujeres, pero a principios del siglo XX la familia se mudó a la ciudad de Rosario, donde su madre fundó una escuela domiciliaria y su padre abrió un café cerca de la estación de ferrocarril Rosario Central. Su muerte puso fin a la infancia de Alfonsina, que se vio obligada a asumir las primeras responsabilidades en el cuidado de la casa y el trabajo, primero como camarera en el negocio familiar y como costurera a domicilio, más tarde en una fábrica de gorras. En esta etapa Alfonsina comenzó a escribir versos a raudales soñando con tiempos mejores y esperando que su sueño de convertirse en actriz se hiciera realidad. Durante el tiempo que la familia estuvo radicada en la ciudad de Rosario, los primeros poemas de Alfonsina comienzan a tener estado público, pues se publican en la revista Monos y Monadas, que en ese entonces se editaba en la ciudad. Y poco después su sueño se hizo realidad a medias: en 1907, firmó un contrato con la compañía teatral de José Tallavi, recorrería varias provincias en una gira teatral, ese nuevo ambiente bohemio y artístico ejerció un efecto muy positivo en ella y cuando la gira finalizó decidió aceptar un nuevo trabajo como maestra rural, sin dejar de escribir versos, estudió intensamente durante dos años. En 1911 se trasladó a Buenos Aires, llevando consigo sus pocas pertenencias. Arribó a la estación del ferrocarril del Norte y se hospedó en una pensión hasta el año siguiente. El 21 de abril de 1912 nació su hijo Alejandro, sin padre conocido, más tarde madre e hijo se mudaron a una casa compartida con un matrimonio. Unos meses después, en 1913, consiguió trabajo de cajera en una farmacia y posteriormente en la tienda A la Ciudad de México. Allí, casi asfixiada y a escondidas, escribió un poemario desatadamente romántico y con claras influencias de Rubén Darío: La inquietud del rosal. Realizó algunas colaboraciones en la revista Caras y Caretas. En Caras y Caretas se relacionó con Amado Nervo, José Enrique Rodó, José Ingenieros y Manuel Baldomero Ugarte; fue con los dos últimos con quienes su amistad fue más profunda. En 1914 volvió a ejercer como maestra; con este empleo, su situación económica mejoró y pudo realizar viajes frecuentes a Montevideo, donde conoció a la poeta uruguaya Juana de Ibarbourou, Estrella Gutiérrez, Fernández Moreno y al que sería su gran amigo, el escritor también uruguayo Horacio Quiroga.

La inquietud del rosal, que ella misma sufragó con sus ahorros, le sirvió de credencial poética para ingresar en los cenáculos literarios de Buenos Aires, y El dulce daño en 1918 le abrió las puertas de la fama: técnicamente más perfecto, salvajemente pasional y tremendamente conmovedor, en este poemario se alza una voz femenina al mismo tiempo fuerte y decidida.

Trabajando como maestra, Alfonsina Storni por fin pudo dedicarse de lleno a la poesía, y comenzó a colaborar asiduamente en revistas y periódicos: en Atlántida, Caras y caretas, La Nota y La Nación.
En 1919 publica su tercer poemario, Irremediablemente, adentrándose y perfeccionando la línea posmodernista iniciada en El dulce daño; los versos recogen momentos reivindicativos, amorosos tempestuosos, frustrantes y selváticos. En 1920 publica Languidez, donde aparecen momentos de su infancia y adolescencia, frustraciones y dolores propios. Fue un gran éxito y le otorgaron el Premio Municipal de Poesía de la ciudad de Buenos Aires. A partir de ese momento su vida cambió radicalmente, pasando a convertirse en una mujer tremendamente admirada y acosada por el público; sin embargo, esta nueva situación agravaba su infelicidad.

En 1925 publicó Ocre, que se corresponde con el momento culmen de su vida poética. Ella misma decía: Ocre es un poco mejor, algo cerebral, pero se advierte que quien lo hizo gobernaba con alguna propiedad su instrumento. Y añadía: A este libro se le puede perdonar la vida.
Con esta publicación Alfonsina Storni ponía fin a su etapa posmodernista y se adentraba en las vanguardias; en Mundo de siete pozos cambia el lenguaje poético a uno mucho mas frío y oscuro, expresa una profunda crisis existencial sin resolver.

Mascarilla y trébol es su último poemario; dejando de lado las vanguardias, se ven influencias neobarrocas y conceptistas y supo aportar su propio sello alcanzando versos muy notables.


El 20 de mayo de 1935, Alfonsina Storni fue operada de cáncer de mama en el sanatorio Arenales. En un principio se pensaba que el tumor era benigno, pero en realidad tenía ramificaciones. La mastectomía le dejó grandes secuelas, cicatrices emocionales y físicas. Siempre había sufrido de depresión, paranoia y ataques de nervios, pero ahora los síntomas de enfermedad mental se recrudecieron. Se volvió recluida y evitaba a sus amistades, era consciente de que su final estaba cerca. En una solitaria pensión de Mar del Plata escribió su último poema: Voy a dormir. Después, durante la noche, bajó a la playa y se adentró en el mar, el 25 de octubre de 1938.

«Voy a dormir»

Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.

Déjame sola: oyes romper los brotes…
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases

para que olvides… Gracias. Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido…

You may also like

Revista cuatrimestral impresa y digital de carácter atemporal,  feminista y humanista, de temática histórica, literaria, artística y musical. También publicamos contenido online todas las semanas, aquí encontrarás artículos, reportajes, relatos, poesía y efemérides relevantes.

Si quieres colaborar con nosotros

Puedes escribirnos a [email protected]

@2022 – Uve Magazine. All Right Reserved.