Heraclio Fournier González fue una figura emblemática en la industria de los naipes. Nacido el 2 de marzo de 1849 en Burgos, España, Fournier fue un innovador impresor y empresario que fundó la empresa Naipes Heraclio Fournier S.A.
El origen de los naipes, aunque envuelto en misterio, probablemente se remonta a la China del siglo XIV, desde donde se difundieron a través de la Ruta de la Seda. Los naipes chinos se utilizaban inicialmente para predecir el futuro y estaban asociados a los cuatro elementos naturales: tierra, aire, agua y fuego.
Para encontrar la primera baraja española documentada, hay que remontarse a 1390, en Sevilla. Actualmente, esta baraja se encuentra en el Museo Fournier en Álava. Los naipes españoles ya tenían los cuatro palos que conocemos hoy en día: oros, copas, espadas y bastos. Estos palos representaban a los principales estamentos de la sociedad medieval: los comerciantes, el clero, la nobleza y los siervos, respectivamente. La baraja original constaba de 48 cartas, 12 consecutivas por cada palo, numeradas del 1 al 9 y tres figuras. Sin embargo, hoy en día solo se conservan 40 unidades de esta baraja original.
A lo largo de los siglos, la baraja española ha sido utilizada en numerosos juegos de cartas, como el Cinquillo, la Siete y media, el Chinchón, la Brisca, el Mus, el Burro y el Tute, entre otros. Estos juegos no solo han sido una fuente de entretenimiento, sino también una parte integral de la cultura y tradición española.
La evolución de la baraja española no ha sido estática. Aunque los palos y el número de cartas han permanecido constantes, la simbología ha cambiado. Originalmente, se eliminaron los arcanos mayores y se añadieron la sota, el caballo y el rey. La versión de la baraja que hoy conocemos fue creada por Fournier en 1870. Este diseño fue premiado en la Exposición Universal de París.
La historia de los Fournier en España comenzó con François Fournier, abuelo de Heraclio, quien emigró de Francia en 1785 para escapar del clima prerevolucionario. Se estableció en Burgos, donde su familia prosperó. François se casó con María de Reoyo, y su descendiente, Heraclio Fournier González, junto con su hermano Braulio, comenzó la fabricación de naipes bajo la marca «Fournier Hermanos». Debido al éxito de la empresa, los hermanos se separaron y Heraclio se trasladó a Vitoria, donde estableció un taller de litografía en 1870. El negocio de Heraclio Fournier prosperó rápidamente. En 1875, decidió apostar por nuevos métodos de impresión y modelos gráficos. Dos años después, en 1877, encargó al profesor Emilio Soubrier y al pintor Ignacio Díaz de Olano el diseño de una baraja que, bajo su dirección, se convirtió en el precursor del actual naipe español. Este diseño, con algunas modificaciones realizadas por el pintor Augusto Rius es el que aún se encuentra en el mercado hoy en día.
El éxito y la innovación de Naipes Heraclio Fournier no se limitaron solo a la producción de naipes. La empresa también se destacó por su compromiso con la comunidad y sus empleados. Introdujo nuevas tecnologías como líneas telefónicas y máquinas de vapor, y creó la “Sociedad de Socorros a Enfermos” para brindar asistencia a su personal, muchas de ellas mujeres conocidas como las naiperas de Fournier. Este compromiso con el bienestar de sus empleados fue una característica distintiva de su empresa.
Tras la muerte del fundador en 1916, su mujer y su hija continuaron la expansión de la empresa. Su nieto, Félix Alfaro Fournier, tomó posteriormente las riendas del negocio, iniciando una colección de naipes que se exhibe en el Museo Fournier de Naipes de Álava, adquirido más tarde por la Diputación Foral de Álava.