Del 19 de junio al 10 de noviembre de 2024, el Museo Guggenheim Bilbao se convierte en el epicentro de una experiencia visual y sensorial única con la exposición «Anthony McCall: Fracción de segundo». Esta muestra no solo celebra el décimo aniversario del programa Film & Video del museo, sino que también destaca el trabajo innovador de Anthony McCall, un pionero del cine expandido y la videoinstalación.
Desde su inicio en 2014, el programa Film & Video del Guggenheim ha sido un referente en la exploración del videoarte y las prácticas artísticas contemporáneas ligadas a la imagen en movimiento. A lo largo de los años, ha presentado obras icónicas de artistas como Christian Marclay, Ragnar Kjartansson, Pierre Huyghe y muchos otros. Esta vez, es el turno de Anthony McCall, un británico afincado en Nueva York que ha revolucionado el arte con su concepto de «luz sólida».
Un Viaje a Través de la Luz
Anthony McCall, nacido en 1946 en St. Paul’s Cray, Reino Unido, ha dedicado su carrera a explorar la naturaleza de la luz y sus posibilidades en el arte. Sus obras se caracterizan por el uso de luz proyectada para crear fenómenos escultóricos inmersivos. A través de haces de luz, McCall forma estructuras geométricas que parecen flotar en el aire, invitando a los visitantes a interactuar con ellas. En «Fracción de segundo», McCall presenta una selección de sus obras más emblemáticas junto con el estreno de una nueva creación titulada «Fracción de segundo Espejo IV» (2024). Esta obra es una doble proyección horizontal de luz que incluye dos grandes espejos, proyectores y pantallas traslúcidas. La luz se proyecta a diferentes alturas, creando efectos elípticos y horizontales que giran y se entrelazan en el espacio, formando un dibujo lineal consistente en un campo de planos entrecruzados y en espiral. Esta nueva creación promete ser una experiencia envolvente, donde la luz no solo se ve, sino que también se siente y se vive, invitando a los visitantes a una inmersión total en el arte lumínico de McCall.
La experiencia que ofrece McCall es paradójica y fascinante. Por un lado, sus imágenes multidimensionales parecen sólidas, aunque estén hechas de luz. Por otro, parecen inmóviles, aunque cambian continuamente a lo largo del tiempo. Esta interacción entre lo sólido y lo etéreo, lo fijo y lo mutable, desafía las percepciones convencionales del espacio y el tiempo en el cine y la escultura. Al invitar a los visitantes a caminar a través de sus esculturas de luz, McCall cuestiona el uso tradicional de la narrativa y el montaje en el cine. Sus obras no solo son visualmente impactantes, sino que también provocan una reflexión profunda sobre la naturaleza de la percepción y la interacción humana con el arte. Al adentrarse en estos haces de luz, los visitantes no solo observan, sino que se convierten en parte de la obra, interactuando con las sombras y reflejos que crean, y experimentando de primera mano la transformación constante de la luz.
La exposición también incluye una retrospectiva de la carrera de McCall, presentando obras tempranas como «Miniatura en blanco y negro» (1972). Esta pieza utiliza un proyector de diapositivas Kodak para mostrar una secuencia de 81 diapositivas que producen imágenes negativas en color después de mirar una imagen fija durante un tiempo y luego un objeto blanco. Esta obra temprana demuestra el interés de McCall por los efectos visuales y la manipulación de la percepción desde sus inicios.
Además, la exposición presenta «Cortina de humo» (2017), una serie de fotografías a gran escala que capturan el movimiento de la luz sólida. Estas imágenes permiten a los visitantes detenerse y observar las texturas de la niebla artificial que se revelan momentáneamente a través de los haces de luz, añadiendo una dimensión adicional a la experiencia visual.
La combinación de obras nuevas y retrospectivas en «Fracción de segundo» no solo muestra la evolución artística de McCall, sino que también ofrece una visión coherente de su enfoque innovador sobre la luz y el espacio. Sus obras desafían las nociones tradicionales del arte y la percepción, creando un diálogo continuo entre el pasado y el futuro, lo tangible y lo intangible. En conclusión, Anthony McCall nos invita a un viaje a través de la luz, donde cada obra es una puerta a una nueva dimensión de la percepción. A través de sus esculturas de luz, McCall no solo ilumina el espacio físico, sino también los rincones más profundos de nuestra imaginación y percepción. Cada visitante de «Fracción de segundo» se encontrará inmerso en un mundo donde la luz es la protagonista indiscutible, transformando y siendo transformada por la interacción humana.