Durante las décadas de 1920 y 1930, el cine alemán experimentó una de las épocas más innovadoras y prolíficas de su historia, durante este periodo, los cineastas alemanes desarrollaron una serie de técnicas cinematográficas revolucionarias y produjeron obras maestras que todavía son reconocidas y estudiadas en la actualidad. Se caracterizó por su estilo visual audaz, temáticas oscuras y psicológicas, y una representación distorsionada de la realidad. Los cineastas expresionistas alemanes utilizaron la estética para explorar los miedos y ansiedades de la sociedad posterior a la Primera Guerra Mundial que además se vio asolada por el hambre generalizada y una pandemia de gripe que, según se estima, segaron la vida de más de 50 millones de personas.
Ejemplos destacados del cine expresionista alemán incluyen El gabinete del Dr. Caligari (1920) dirigida por Robert Wiene y Nosferatu (1922) dirigida por FW Murnau.
Ambos films presentan escenografías angulosas, sombras exageradas y contrastes marcados entre luces y sombras para crear un ambiente de pesadilla.
Nosferatu es una adaptación no autorizada de la novela Drácula de Bram Stoker, Murnau realizó bastantes cambios respecto a la novela, tanto en los nombres de los protagonistas como en algunos aspectos de la trama para evitar problemas legales con la viuda de Stoker, pero de manera totalmente infructuosa, ya que en 1925, Florence Stoker logró que las autoridades judiciales ordenaran la destrucción de todas las copias de Nosferatu, en base a que se demostró que el guión estaba basado en la obra maestra de su marido fallecido en 1912. Afortunadamente, algunas copias sobrevivieron y Nosferatu ha sido aclamada y estudiada desde entonces.
La película hoy día es considerada un clásico y una de las primeras películas de vampiros de la historia del cine.
La trama de Nosferatu narra la historia de Thomas Hutter, un agente inmobiliario, que viaja al remoto castillo del Conde Orlok (un alter ego de Drácula) en los Cárpatos para finalizar una venta de propiedades. A medida que Hutter pasa tiempo en el castillo, descubre que el conde es en realidad un vampiro sediento de sangre. Después de escapar del castillo, Hutter regresa a su ciudad natal, pero el conde Orlok lo sigue y siembra el caos y la muerte por allá donde pasa. La historia se centra en la lucha de Thomas Hutter por detener a Orlok antes de que sea demasiado tarde.
El film es conocido por su atmósfera inquietante y su estilo visual expresionista. Murnau desarrolló una variedad de técnicas cinematográficas innovadoras para crear un ambiente terrorífico. La escenografía de la película presenta paisajes angulosos y distorsionados, y se utilizan sombras y luces contrastantes para acentuar el suspenso y el horror. El maquillaje y la puesta en escena de Max Schreck, quien interpretó brillantemente al Conde Orlok, también contribuyó a ser recordado por su apariencia monstruosa y memorable.
Esta obra maestra de Murnau sentó las bases para la exhibición cinematográfica de los vampiros y estableció muchos de los elementos icónicos que se asocian con ellos en la actualidad. La figura espeluznante y alargada de Max Schreck como el Conde Orlok se ha convertido en una imagen icónica del género del horror y ha influido en numerosas cineastas y películas posteriores.