Primeros años
Benito Pérez Galdós nació en Las Palmas de Gran Canaria el 10 de mayo de 1843, en el seno de una familia de clase media, siendo hijo de Sebastián Pérez, un teniente coronel del Ejército, y de Dolores Galdós. Desde su infancia, Galdós mostró un talento precoz para la música, el dibujo y, sobre todo, la literatura, lo que presagiaba su futura vocación como escritor. Criado en un ambiente cargado de debates políticos y sociales, el joven Galdós desarrolló una sensibilidad especial hacia las problemáticas de su tiempo, lo cual se reflejaría más adelante en su vasta producción literaria.
Carrera literaria
A los diecinueve años, Galdós se trasladó a Madrid, donde su vida tomaría un giro decisivo. En la capital española, se vio profundamente influenciado por figuras destacadas como Francisco Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, quien le introdujo al krausismo y alentó sus primeros pasos en la escritura. Su incursión en el periodismo como colaborador en publicaciones como La Nación y El Debate marcó el inicio de su carrera, donde sus artículos y críticas reflejaban una preocupación constante por el contexto social y político de España.
Sus primeras novelas, como La Fontana de Oro (1870), La Sombra (1871) y El Audaz (1871), muestran influencias del Romanticismo, pero pronto daría paso a una etapa de mayor madurez literaria con obras como Doña Perfecta (1876) y Fortunata y Jacinta (1886-1887). Esta última es un vasto mural de la sociedad madrileña de la época y es considerada una de sus obras cumbre, esta novela relata las vidas cruzadas de dos mujeres de distinta extracción social unidas por un destino funesto, en ella explora las complejidades del alma humana a través de un realismo que hace presagiar la llagada del Naturalismo Francés a España.
Galdós fue un maestro del Realismo, un estilo que buscaba representar la vida y la sociedad con precisión y detalle minucioso.
Uno de los aspectos más destacados de la obra de Galdós es su compromiso con los problemas sociales de su tiempo. A través de sus novelas y su participación activa en la política, abordó temas como la injusticia social, la corrupción, y la lucha entre la tradición y la modernidad. Este compromiso no solo lo estableció como un cronista de su época, sino también como un pensador progresista cuya visión podría ayudar a entender y resolver problemas contemporáneos. Generaciones de escritores y pensadores han encontrado en Galdós un modelo de cómo la literatura puede influir y reflejar cambios sociales.
Episodios Nacionales
En 1873, Galdós comenzó a publicar los Episodios Nacionales, una serie de novelas que constituyen un fresco histórico sin parangón de la España del siglo XIX. A través de estas obras, Galdós no solo pretendía narrar los grandes eventos y personajes de su país, sino también dar voz a los ciudadanos comunes, aquellos cuyas vidas se veían moldeadas por las corrientes de la historia. Desde las guerras carlistas hasta la Restauración borbónica, los Episodios Nacionales ofrecen una perspectiva crítica y a menudo desencantada de la política y la sociedad españolas.
Vida personal y últimos años
Galdós nunca se casó, pero su vida personal estuvo marcada por relaciones significativas, incluidos amoríos con figuras literarias como Emilia Pardo Bazán. Su correspondencia revela un hombre de profundos afectos y convicciones, comprometido con un ideal de amor libre y sincero, aunque crítico de las costumbres licenciosas de su tiempo. En los últimos años de su vida, la ceguera y las dificultades económicas ensombrecieron su existencia, pero no menguaron su producción literaria. A pesar de estos desafíos, Galdós continuó escribiendo, completando la monumental serie de los Episodios Nacionales y participando activamente en la vida política española hasta su muerte en 1920.
La obra de Galdós, profunda y extensa, lo establece no solo como el novelista más importante de España después de Cervantes, sino también como un cronista lúcido de la vida y los conflictos de su tiempo. Su legado perdura, ofreciendo una visión crítica y compasiva de la sociedad que le tocó vivir.